Las Prácticas Tao Yin

Los objetivos de todos los niveles del Tao Curativo, que incluye el Tao del Amor son aprender a sanarse a sí mismo, a amarse a sí mismo y a amar y sanar a los demás. Para ello el Tao enseña a conectar las tres principales fuentes de energía a las que tiene acceso el ser humano: la Fuerza Universal, la Fuerza de la Tierra y Fuerza del Yo Superior o Energía Cósmica. Todas las prácticas Taoístas ayudan a abrir el centro del corazón y a conectar con el ilimitado Amor Universal.

El sistema del Tao Curativo enseña y estimula al estudiante a ser autosuficiente para generar su propia energía y ser responsable de su propio proceso curativo. Una vez aprendido, no requiere de la constante vigilancia de un maestro o instructor y sus prácticas pueden incluso convertirse en un bello camino espiritual de auto-descubrimiento y auto-conocimiento.

¡Que vivan la independencia, la auto-responsabilidad y la autonomía !

De todas las prácticas taoístas femeninas, el uso de los huevos vaginales de cristal, en particular del huevo de jade es quizá la más conocida. Las mujeres pertenecientes a la elite imperial china fueron sin duda las pioneras en esta práctica y el uso del jade es fácil de entender debido al estatus de este mineral como sagrado desde siglos y aún ahora en China. Sin embargo, las prácticas taoístas femeninas van mucho más allá del uso del huevo de jade, hecho ignorado por muchas mujeres que adquieren su cristal en la tienda de gemas local o por internet y se encuentran después con la pregunta “Bueno, ya tengo mi huevo de jade, ¿ahora qué hago con él?”

Desde la perspectiva taoísta, el factor crucial para tener una nuestra vida larga y sana y para mantenernos jóvenes durante mucho tiempo es el trabajo de la energía -llamada Chi– y es por esto que durante siglos se han dedicado al estudio y desarrollo de técnicas dirigidas a gestionar de manera óptima todos los flujos energéticos tanto en hombres como en mujeres.

En el taoísmo, la energía debe de fluir de manera armoniosa para sentirnos llenos de vitalidad y sanos. En este sentido, las enfermedades, condiciones crónicas se conciben bajo esta filosofía como debidas a un desequilibrio o estancamiento de la energía en cierto lugar (o lugares) del cuerpo. Este concepto resuena con mi experiencia, ya que una y otra vez he sido testigo de que la energía que fluye, tal y cual es, es la energía que sana, y con esto me refiero no solamente a la energía física sino también al fluir de la energía emocional y psicológica que hemos reprimido por generaciones.

Algunas –pero no todas– de las meditaciones y ejercicios que comparto en mis talleres se basan en el trabajo de Mantak Chía pero las he adaptado en una versión femenina de las mismas creando un sistema holístico de Alquimia Femenina y abarcan entre otras:

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